Liturgia de las horas

Hora Intermedia

V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor, date prisa en socorrerme.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén. Aleluya.

HIMNO

Cuando la luz del día está en su cumbre,
eres, Señor Jesús, luz y alegría
de quienes en la fe y en la esperanza
celebran ya la fiesta de la Vida.
 
Eres resurrección, palabra y prenda
de ser y de vivir eternamente;
sembradas de esperanzas nuestras vidas,
serán en ti cosecha para siempre.
 
Ven ya, Señor Jesús, Salvador nuestro,
de tu radiante luz llena este día,
camino de alegría y de esperanza,
cabal acontecer de nueva vida.
 
Concédenos, oh Padre omnipotente,
por tu Hijo Jesucristo, hermano nuestro,
vivir ahora el fuego de tu Espíritu,
haciendo de esta tierra un cielo nuevo. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Vive el Señor, que por mí ha llevado a cabo la obra de su misericordia.

Salmo 119
DESEO DE LA PAZ
Estad firmes en la tribulación, sed asiduos en la oración (Rom 12, 12).

En mi aflicción llamé al Señor,
y él me respondió.
Líbrame, Señor, de los labios mentirosos,
de la lengua traidora.
 
¿Qué te va a dar o mandarte Dios,
lengua traidora?
Flechas de arquero,
afiladas con ascuas de retama.
 
¡Ay de mí, desterrado en Masac,
acampado en Cadar!
Demasiado llevo viviendo
con los que odian la paz;
cuando yo digo: "Paz",
ellos dicen: "Guerra".

Ant. Vive el Señor, que por mí ha llevado a cabo la obra de su misericordia.

Ant. 2. El Señor te prefiere a ti, y tu Dios encontrarla la alegría contigo.

Salmo 120
EL GUARDIÁN DEL PUEBLO
No tendrán hambre ni sed; no les molestará el sol ni calor alguno (Ap 7, 16).

Levanto mis ojos a los montes:
¿de dónde me vendrá el auxilio?
El auxilio me viene del Señor,
que hizo el cielo y la tierra.
 
No permitirá que resbale tu pie,
tu guardián no duerme;
no duerme ni reposa
el guardián de Israel.
 
El Señor te guarda a su sombra,
está a tu derecha;
de día el sol no te hará daño,
ni la luna de noche.
 
El Señor te guarda de todo mal,
él guarda tu alma;
el Señor guarda tus entradas y salidas,
ahora y por siempre.

Ant. El Señor te prefiere a ti, y tu Dios encontrarla la alegría contigo.

Ant. 3. Dios me creó en santidad, me ha tomó de la mano y me preservó.

Salmo 121
LA CIUDAD SANTA DE JERUSALÉN
Os habéis acercado al monte de Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo (Hb 12, 22).

¡Qué alegría cuando me dijeron:
"Vamos a la casa del Señor"!
Ya están pisando nuestros pies
tus umbrales, Jerusalén.
 
Jerusalén está fundada
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus,
las tribus del Señor,
 
según la costumbre de Israel,
a celebrar el nombre del Señor;
en ella están los tribunales de justicia,
en el palacio de David.
 
Desead la paz a Jerusalén:
"Vivan seguros los que te aman,
haya paz dentro de tus muros,
seguridad en tus palacios".
 
Por mis hermanos y compañeros,
voy a decir: "La paz contigo".
Por la casa del Señor, nuestro Dios,
te deseo todo bien.

Ant. Dios me creó en santidad, me ha tomó de la mano y me preservó.

TERCIA

LECTURA BREVE Ef 1, 4

Dios nos eligió en la persona de Cristo, antes de crear el mundo, para que fuésemos consagrados e irreprochables ante él por el amor.

V. Hoy es la fiesta de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
R. Que aplastó con su pie virginal la cabeza de la serpiente.

ORACIÓN

Oh Dios, que por la Concepción inmaculada  de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada y, en previsión de la muerte de tu Hijo, la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.

SEXTA

LECTURA BREVE Ef 1, 11-12a

Por medio de Cristo hemos heredado también nosotros. A esto estábamos destinados por decisión del que hace todo según su voluntad. Y así seremos alabanza de su gloria.

V. Mi corazón y mi carne.
R. Exultan por el Dios vivo.

ORACIÓN

Oh Dios, que por la Concepción inmaculada  de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada y, en previsión de la muerte de tu Hijo, la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.

NONA

LECTURA BREVE Ef 5, 25b-26a. 27

Cristo amó a su Iglesia y se entregó a la muerte por ella para santificarla y para hacerla comparecer ante su presencia toda resplandeciente, sin mancha ni defecto ni cosa parecida, sino santa e inmaculada.

V. Tu Inmaculada Concepción, Virgen Madre de Dios.
R. Fue una buena noticia para el mundo entero.

ORACIÓN

Oh Dios, que por la Concepción inmaculada  de la Virgen María preparaste a tu Hijo una digna morada y, en previsión de la muerte de tu Hijo, la preservaste de todo pecado, concédenos, por su intercesión, llegar a ti limpios de todas nuestras culpas. Por nuestro Señor Jesucristo.

CONCLUSIÓN

V.
 El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida eterna.
R. Amén.

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