Historia

La actual parroquia de Ntra. Sra. de Montserrat tiene sus principios en la licencia que en el año 1490 concede Joan Llopis, rector de la iglesia parroquial de Torrent, para concluir la obra de una capilla que se había iniciado en tiempos de su predecesor en la rectoría de Torrent Berenguer Clavell.

Este permiso fue concedido a dos docenas de vecinos de Picanya que debían encargarse de sufragar su construcción, además de dotarla de todo lo necesario: ornamentos, objetos de culto, misales, etc… para la celebración de la santa misa y otros actos religiosos. En cambio, estos vecinos estaban obligados a asistir a las fiestas más señaladas del año en la parroquial de Torrent. Esta capilla no podía tener cementerio, ni pila bautismal, ni impartirse los restantes sacramentos, a no ser que fuesen administrados por el vicario o rector de Torrent.

Una vez publicadas las actas del Concilio de Trento (1564), y en cumplimiento de sus decretales, se debió nombrar un vicario temporal con la capacidad de administrar sacramentos, pues en la Visita Pastoral realizada en el año 1570 por el obispo don Miguel de Espinosa, en nombre de San Juan de Ribera, se menciona que ya existía en la iglesia “la pila del sancto bautismo, la qual halló cerrada con su llave, cubierta con su tapa de madera”. Además hace constar que ha consultado el libro de Bautismos, el cual encontró en buen orden.

No sería hasta la Visita Pastoral que realiza el mismo arzobispo San Juan de Ribera en el año 1580, cuando por medio de un decreto la vicaría se convierte en perpetua y se segrega de la parroquial de Torrent. Aunque el rector de Torrent tiene la obligación de pagar el estipendio anual de 60 libras al vicario, en razón de que éste es el que recolecta todos los frutos primiciales de la Encomienda de Torrent y Picanya. El vicario tendrá que pagar dos libras de cera el día de la Purificación de Ntra. Sra. en señal de reconocimiento a la iglesia matriz.

Sin concretar una fecha exacta, a mediados del siglo XVII, la iglesia que estaba bajo la advocación de los santos apóstoles san Pedro y San Pablo cambia a la que hoy es su titular Ntra. Sra. de Montserrat, sin duda por la gran devoción que sentían los vecinos de Picanya hacia su Virgen que era de plata y tenía gran cantidad de objetos preciosos que le ofrecían sus feligreses.

La primitiva capilla es demolida en la última década del siglo XVII, para construir la nueva iglesia en forma de cruz latina con un transepto que realza el altar mayor, las capillas laterales se sitúan entre contrafuertes. El crucero queda reforzado por la construcción de una cúpula semiesférica que proporciona la iluminación a la iglesia a través de sus ventanales. En el año 1692 se contrata la fábrica del campanario, que está bien proporcionado y de una altura de alrededor de unos 32 metros. Posteriormente, en el año 1696, comienza a realizarse el retablo del Santo Cristo para la capilla de la Comunión.

Todo ello se hace con muchas dificultades por el escaso número de vecinos que tienen las poblaciones de Picanya y Vistabella, cuya feligresía contribuye según sus posibilidades. De esta forma, se establecen tasas sobre los productos del campo que cada vecino ofrece, especialmente sobre la vid. Otros vecinos, con más posibilidades económicas, hacen depósitos numerarios con el fin de que las obras no se paralicen.

En la Guerra Civil (1936-1936) la fábrica de la iglesia sufre grandes daños, además de la destrucción de las imágenes y la desaparición de gran cantidad de objetos de culto. Al término de la misma, y con el paso de los años se ha ido recuperando. Así, en el año 1954 se reforma el altar mayor con la realización de un nuevo retablo, que ha sido dorado en el año 1997. A ello habría que añadir la ampliación de la iglesia con una nueva nave concluida en 1985.

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